Richard E. Byrd (1888 - 1957)
Destacado explorador polar,
aviador y marino de la armada de EE.UU. El almirante Byrd fue protagonista
principal del relevamiento aéreo y terrestre de la Antártida desde 1928. Sus
conquistas polares no están exentas de polémicas.
- DIARIO SECRETO DEL ALMIRANTE RICHARD E. BYRD
DIARIO SECRETO DEL ALMIRANTE RICHARD E. BYRD-TEORIA LA TIERRA ES HUECA
Debo escribir este diario a
escondidas y en absoluto secreto. Se refiere a mi vuelo Ártico del 19 de
febrero del año 1947. Vendrá un tiempo en el que la racionalidad de los hombres
deberá disolverse en la nada y entonces se deberá aceptar la inevitabilidad de
la Verdad. Yo no tengo la libertad de divulgar la documentación que sigue,
quizás nunca verá la luz, pero debo, de cualquier forma, hacer mi deber y relatarla
aquí con la esperanza de que un día todos puedan leerla, en un mundo en el que
el egoísmo y la avidez de ciertos hombres ya no podrán suprimir la Verdad..
Extensiones de hielo y nieve bajo
nosotros, vistas coloraciones amarillentas con dibujos lineales. Alterada la
ruta para un mejor examen de estas configuraciones coloreadas, también vistas
coloraciones violáceas y rosadas.
Tanto la brújula magnética como
la aguja giroscópica comienzan a girar y a oscilar, no nos es posible mantener
nuestra ruta con los instrumentos. Señalamos la dirección con la brújula solar,
todo parece aún en orden. Los controles parecen lentos en la respuesta y en el
funcionamiento, pero no hay indicación de congelamiento.
Transcurrido 29 minutos de vuelo
desde el primer avistamiento de los montes, no se trata de una alucinación. Es
una pequeña cadena de montañas que nunca habíamos visto antes.
Además de las montañas hay algo
que parece ser un valle con un pequeño río o riachuelo que discurre hacía la
parte central. ¡No debería haber ningún valle verde aquí abajo!. ¡Hay algo
decididamente extraño y anormal aquí! ¡Deberíamos sobrevolar sólo hielo y
nieve!. A la izquierda hay grandes bosques en las laderas de los montes.
Nuestros instrumentos de navegación todavía giran como enloquecidos..
Altero la altitud a 1400 pies y
efectúo un giro completo a izquierda para examinar mejor el valle que está
debajo. Es verde con musgo e hierba muy tupida. La luz aquí parece diferente.
No soy capaz de ver el Sol. Damos otro giro a la izquierda y avistamos algo que
parece ser algún tipo de gran animal. ¡Se parece a un elefante! ¡¡¡No!!!.
¡Parece ser un mamut!. ¡Es increíble! ¡Sin embargo es así!. Descendemos a cota
1000 pies y uso un prismático para examinar mejor al animal. Está confirmado, se
trata de un animal semejante al mamut..
Encontramos otras colinas verdes.
El indicador de la temperatura exterior marca -24º C. Ahora seguimos sobre
nuestra ruta. Los instrumentos de abordo ahora parecen normales. Quedo perplejo
ante sus reacciones. Intento contactar el campo base. La radio no funciona..
El paisaje circundante parece
nivelado y normal. Delante de nosotros avistamos aquello que parece ser ¡¡¡una
ciudad!!!. ¡Es imposible!. El avión parece ligero y extrañamente flotante. ¡Los
controles se niegan a responder!. ¡Dios mío!. A nuestra derecha y a nuestra
izquierda hay aparatos de extraño tipo. Se aproximan y algo irradia de ellos.
Ahora están bastante cerca para ver sus insignias. Es un símbolo extraño.
¿Dónde estamos?. ¿Qué ha sucedido?. Otra vez tiro decididamente de los mandos.
¡¡¡No responden!!!. Estamos atrapados firmemente por una especie de invisible
cepo de acero.
¡Nuestra radio grazna y llega una
voz que habla en ingles con acento que parece decididamente nórdico o alemán!.
El mensaje es: "Bienvenido a
nuestro territorio, almirante. Os haremos aterrizar exactamente dentro de siete
minutos. Relajaros, Almirante, estáis en buenas manos"
Me doy cuenta de que los motores
de nuestro avión están apagados. El aparato está bajo un extraño control y
ahora vira sólo.
otro mensaje radio. Estamos
iniciando la maniobra de aterrizaje y en breve el avión vibra ligeramente
comenzando a descender como sostenido por un enorme, invisible, ascensor.
Algunos hombres se están
aproximando, a pie, al avión. Son altos y tienen el pelo rubio. A lo lejos hay
una gran ciudad destellante, vibrante con los colores del arco iris. No sé lo
que sucederá ahora, pero no veo trazas de armas sobre los que se aproximan.
Ahora oigo una voz que me ordena, llamándome por mi nombre, de abrir la puerta.
Ejecuto.
De este punto en adelante escribo
los acontecimientos que siguen, volviéndolos a llamar a la memoria. Esto
asienta la imaginación y parecería una locura si no hubiese acaecido
verdaderamente.
El técnico y yo fuimos sacados
del avión y acogidos cordialmente. Luego fuimos embarcados sobre un pequeño
medio de transporte semejante a una plataforma pero sin ruedas. Nos condujo
hacia la ciudad destellante con extrema celeridad. Mientras nos aproximábamos,
la ciudad parecía hecha de cristal. Alcanzamos en poco tiempo un gran edificio,
de un estilo que nunca, antes, había visto. ¡Parecía haber salido de los
diseños de Frank Lloyd Wright, o quizás más precisamente de una escena de Buck
Regers!.
Nos ofrecieron un tipo de bebida
caliente de algo que nunca había saboreado. Era deliciosa. Después de unos 10
minutos, dos de nuestros sorprendentes anfitriones vinieron a nuestro
alojamiento, invitándome a seguirlos. No tenía otra elección que obedecer. Deje
a mi técnico-radio y caminamos un poco hasta entrar en aquello que parecía ser
un ascensor. Descendimos durante unos instantes, el ascensor se paró y la
puerta se deslizó hacia arriba silenciosamente. Proseguimos luego por un largo
corredor iluminado por una luz rosa que parecía emanar de las mismas paredes.
Uno de los seres hizo señal de pararnos ante una gran puerta. Encima de ésta
había una inscripción que yo no estaba en grado de leer. La gran puerta se
deslizó sin ruido y fui invitado a entrar.
Uno de los anfitriones dijo:
"No tenga miedo, Almirante, vais a tener un coloquio con el Maestro".Entré
y mis ojos se adecuaron lentamente a la maravillosa coloración que parecía
llenar completamente la estancia. Entonces comencé a ver aquello que me
rodeaba. Lo que se mostró a mis ojos era la vista más sorprendente de toda mi
vida.
En efecto, era demasiado
magnífica para poder ser descripta. Era deliciosa. No creo que existan términos
humanos capaces de describirla, en cada detalle, con justicia.Mis pensamientos
fueron interrumpidos dulcemente por una voz cálida y melodiosa: "Le doy la
bienvenida a nuestro territorio, Almirante".
Vi un hombre de facciones
delicadas y con las señales de la edad sobre su rostro. Estaba sentado en una
mesa grande. Me invitó a sentarme en una de las sillas. Después de sentarme,
unió la punta de sus dedos y sonrió. Habló de nuevo dulcemente y dijo cuanto
sigue: "Lo hemos dejado entrar aquí porque usted es de carácter noble y
bien conocido en el mundo de superficie, Almirante".
¡Mundo de superficie! ¡Casi quedé
sin aliento!.
"Si -recalcó el Maestro con
una sonrisa-, usted se encuentra en el territorio de los Arianos, el Mundo
sumergido de la Tierra. No retardaremos mucho su misión y seréis acompañados de
vuelta sobre la superficie y además sin peligro. Pero ahora, Almirante, le diré
el motivo de su convocación aquí. Nuestro interés comenzó exactamente
inmediatamente después de la explosión de la primera bomba atómica por parte de
vuestra raza sobre Hiroshima y Nagashaki, en Japón. Fue en aquel momento
inquietante cuando expedimos sobre vuestro mundo de superficie nuestros medios
voladores: los Flugelrads , para investigar sobre aquello que vuestra raza
había hecho. Ésta es, obviamente, historia pasada, Almirante, pero permítame
seguir. Vea, nosotros nunca, antes de ahora, habíamos interferido en las
guerras y en la barbarie de vuestra raza, pero ahora debemos hacerlo en cuanto
vosotros habéis aprendido a manipular un tipo de energía, la atómica, que no es,
de hecho, para el hombre. Nuestros emisarios ya han entregado mensajes a las
potencias de vuestro mundo y sin embargo estas no los atienden. Ahora usted ha
sido elegido para ser testigo de que nuestro mundo existe. Vea, nuestra cultura
y nuestra ciencia están miles de años por delante de las vuestras,
Almirante".
Lo interrumpí: "¿Pero todo
esto que tiene que ver conmigo, Señor?". Los ojos del Maestro parecían
penetrar de forma profunda en mi mente y después de haberme estudiado un
momento, contestó: "Vuestra raza ha alcanzado el punto de no retorno,
porque hay algunos, entre vosotros, que destruirían todo vuestro mundo antes
que renunciar al poder, así como lo conocen.".
Asentí y el Maestro continuó:
"Desde 1945 en adelante, hemos intentado entrar en contacto con vuestra
raza pero nuestros esfuerzos han sido acogidos con hostilidad: se hizo fuego
contra nuestros Flugelrads . Si, hasta fueron seguidos con maldad y animosidad
por vuestros aviones de combate. Así ahora, hijo mío, le digo que hay una gran
tempestad en el horizonte, para vuestro mundo, una furia negra que no se
extinguirá durante varios años. No habrá defensa con vuestras armas, no habrá
seguridad en vuestra ciencia. Asolará hasta que cada flor de vuestra cultura
haya sido pisoteada y todas las cosas humanas sean dispersadas en el caos. La
reciente guerra ha sido solamente un preludio a cuanto todavía debe advenir a
vuestra raza. Nosotros, aquí, podemos verlo más claramente a cada hora... ¿Cree
que me equivoco?."
-"No -contesté-, ya ha
sucedido una vez en el pasado; llegaron los años oscuros y duraron 500
años".
"¡Si, hijo mío -replicó el
Maestro-, los años oscuros que llegarán ahora para vuestra raza, cubrirán la
Tierra con un paño mortuorio, pero creo que alguno, entre vosotros, sobrevivirá
a la tempestad, más que esto no sé!. Nosotros vemos en un futuro lejano emerger
de nuevo, de las ruinas de vuestra raza, un mundo nuevo en busca de sus
legendarios tesoros perdidos y estos estarán aquí, hijo mío, al seguro en
nuestro poder. Cuando llegará el momento apareceremos para ayudar a vivir
vuestra cultura y vuestra raza. Quizás para entonces habréis aprendido la
futilidad de la guerra y de su lucha... y después de aquel momento una parte de
vuestra cultura y ciencia os serán restituidas para que vuestra raza pueda
recomenzar. Usted, hijo mío, debe volver al Mundo de Superficie con este
mensaje.".
Con estas palabras decisivas,
nuestro encuentro parecía llegar a término. Por un momento me pareció vivir un
sueño... y, sin embargo sabía que aquella era la realidad y por alguna extraña
razón me incline levemente, no sé si por respeto o humildad. De improviso me di
cuenta de que los dos fantásticos anfitriones, que me habían conducido aquí,
estaban de nuevo a mi lado. "Por aquí, Almirante", me indicó uno de
Ellos.
Me giré una vez más antes de
salir y miré al Maestro. Una dulce sonrisa estaba impresa en su anciano y
delicado rostro. "Adiós, hijo mío", me dijo e hizo un gesto suave con
su grácil mano, un gesto de paz y nuestro encuentro llegó definitivamente a su
fin. Salimos rápidamente de la estancia del Maestro por la gran puerta y
entramos otra vez en el ascensor. La puerta descendió silenciosamente y nos
movimos inmediatamente hacía lo alto.
Uno de mis anfitriones habló de
nuevo: "Ahora debemos apresurarnos, Almirante, en cuanto el Maestro no
desea retardar más vuestro programa previsto y debéis volver a vuestra raza con
su mensaje".
No dije nada, todo esto era casi
inconcebible y, una vez más mis pensamientos se interrumpieron apenas nos
paramos. Entré en la estancia y estuve de nuevo con mi técnico-radio. Tenía una
expresión ansiosa sobre su rostro. Acercándome dije: "Todo esta bien,
Howie, todo esta bien".
Los dos seres nos señalaron el
medio en espera, salimos y pronto alcanzamos nuestro avión. Los motores estaban
al mínimo y nos embarcamos inmediatamente. La atmósfera, ahora, estaba cargada
de un cierto aire de urgencia. Cuando la puerta estuvo cerrada, el avión fue
inmediatamente transportado a lo alto por aquella fuerza invisible hasta que
alcanzamos los 2.700 pies. Dos de los medios aéreos estaban a nuestros flancos,
a una cierta distancia, haciéndonos planear a lo largo de la vía del retorno.
Debo remarcar que el indicador de velocidad no indicaba nada, sin embargo nos
estábamos moviendo muy rápidamente.
Recibimos un mensaje radio:
"Ahora os dejamos, Almirante, vuestros controles están libres.
¡¡¡Wiedersehen!!!
Miramos por un instante los
Flügelrads, hasta que desaparecieron en el cielo azul pálido. El avión pareció,
de improviso, capturado, por una corriente ascensional. Tomamos inmediatamente
el control. No hablamos durante un rato, cada uno de nosotros estaba inmerso en
sus propios pensamientos.
Sobrevolamos nuevamente
extensiones de cielo y nieve, a unos 27 minutos del campo base. Enviamos un
mensaje radio, nos contestan. Tenemos condiciones normales... normales. Del
campo base expresan alivio por haber establecido nuevamente el contacto.
Aterrizamos suavemente en el
campo base. Tengo una misión que cumplir.
11 de marzo de 1947. He tenido,
apenas, un encuentro de Estado Mayor en el Pentágono. He relatado enteramente
mi descubrimiento y el mensaje del Maestro. Todo ha sido debidamente
registrado. El Presidente ha sido puesto al corriente. Me retienen algunas
horas (exactamente 6 horas y 39 minutos). Soy cuidadosamente interrogado por
las Top Security Forces y por un equipo médico. ¡Es un tormento!. Me ponen bajo
estrecho control de los medios de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de
América. Me recuerdan que soy un militar y que, por consiguiente, debo obedecer
las ordenes.
Última anotación: 30 de diciembre
de 1956. Estos últimos años, transcurridos desde el 1947 hasta hoy, no han sido
buenos... He aquí, pues, mi última anotación en este singular diario.
Concluyendo, debo afirmar que, debidamente, he mantenido secreto este
argumento, como se me ordenó, durante todos estos años. He hecho esto contra
todo principio mío de integridad moral. Ahora siento aproximarse la gran noche
y este secreto no morirá conmigo, sino, como toda verdad, triunfará.
Ésta es la única esperanza para
el género humano. ¡He visto la verdad y ésta ha revigorizado mi espíritu
donándome la libertad!. He hecho mi deber con relación al monstruoso complejo
industrial militar. Ahora la larga noche comienza a aproximarse, pero habrá un
epílogo. Como la larga noche del Antártico termina, así el sol brillante de la
verdad surgirá de nuevo y aquellos que pertenecen a las tinieblas perecerán a
su luz...
Porque yo he visto "Aquella
Tierra más allá del Polo, aquel Centro del Gran Desconocido"...