EL CONTACTO EXTRATERRESTRE DE NIKOLA TESLA


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Nikola Tesla fue uno de los grandes prodigios de la ciencia de fines del siglo XIX y principios del XX. Este erudito serbio creó importantes inventos que cambiaron el estilo de vida de sus contemporáneos, como lo fueron la corriente alterna, la radio (aunque el oficialismo le atribuyó esto a Marconi), la comunicación inalámbrica, el moderno motor eléctrico, el láser básico y la tecnología de radar, entre otros. Sin embargo, su leyenda se vio amenazada primero por el robo de sus ideas por parte de otros inventores, la falta de financiamiento de sus proyectos y por las extravagantes invenciones como el “Rayo de la Muerte”, que lo mantuvieron bajo la lupa del gobierno federal de Estados Unidos, país donde residía.
Nikola Tesla fue, sin ninguna duda el más grande genio del siglo 20. Nuestro estilo de vida ahora, la tecnología que damos por concedida, todo esto es posible por este hombre.
No obstante, a pesar de todas sus contribuciones a la ciencia, su nombre es poco recordado fuera del campo de las electrónicas y físicas. De hecho, Thomas Edison es a menudo erróneamente acreditado en los libros de texto con invenciones que fueron desarrolladas y patentadas por Tesla.
La mayoría reconoce que la oscuridad en torno a Tesla es parcialmente debido a sus maneras excéntricas y fantásticas demandas durante los años decadentes de su vida, de comunicarse con otros planetas, creación de platillos voladores y rayos mortales. Es ahora sabido que muchas de estos fantásticos inventos de Tesla son científicamente exactos y funcionales. Simplemente le ha tomado a la humanidad tanto tiempo para ponerse al día con las asombrosas ideas de un hombre que murió en 1943.
Nikola Tesla solía decir que los planos e ideas que imaginaba le llegaban a su cabeza, los montaba y desmontaba, haciendo pruebas dentro de su propia mente y así creaba su invento, sin pruebas previas. Su privilegiada mente era un misterio; él mismo aseguraba que los planos e ideas le llegaban de un núcleo en el universo y que él mismo se consideraba un receptor de información. Al parecer, y el mismo lo decía, algo o alguien le dictaba los pasos a seguir para crear sus inventos en pro de la humanidad.
En una época, Tesla se interesó por el estudio de ondas de radio de alta frecuencia, sobre todo de las ondas de radio que procedían del universo, del cosmos.
ºEn un laboratorio de Colorado, empezó a experimentar con éstas ondas y se dio cuenta que una de esas ondas que obtuvo no podrían ser frecuencias naturales, sino deberían de ser de seres inteligentes en otra parte del universo, algo que lo llevo a la desgracia, ya que Tesla hizo un artículo que publicó en un periódico de la época en el que hablaba sobre la comunicación extraterrestre que había estudiado en el laboratorio de Colorado y la gente y la prensa empezó a burlarse de él en los periódicos y terminó siendo repudiado y apartado por la sociedad.
Los científicos no creyeron nada de los artículos de Tesla ya que el conocimiento de señales cósmicas no existía en la ciencia de la época.
Pero Tesla estaba convencido de que había recibido señales de extraterrestres pero como el mecanismo social le había apartado frente a su artículo en prensa, al parecer terminó escribiendo cartas a sus amigos hablando sobre ello.
Tesla sufría de problemas financieros a través de su vida adulta. Por esto, Telsa tenía que mudarse varias veces. Forzado a mudarse de hotel en hotel, el a menudo dejó baúles de documentos detrás, como garantía por sus deudas. Estos baúles, los cuales fueron ansiosamente buscados después de la muerte de Tesla, se habían vuelto la clave para abrir el misterio de quien fue realmente Nikola Tesla, y la increíble vida que llevó secretamente.
Cuando Tesla falleció en 1943, a la edad de 86 años, la Oficina de Propiedad de Extranjeros, a petición del FBI, fue a los hoteles de Nueva York donde se había hospedado y se apoderaron de todas sus pertenencias.
Después de la muerte de Tesla hubo una revuelta realizada por el gobierno de los Estados Unidos para encontrar todos sus papeles, notas e investigaciones antes de que otros poderes extranjeros pudieran encontrarlos.
Era conocido por el FBI que la inteligencia alemana ya había hecho desaparecer una gran cantidad de las investigaciones de Tesla varios años antes de su muerte. Cualquier cosa remotamente asociada con este gran hombre fue rápidamente confiscada y perdida dentro de las redes secretas de los Estados Unidos antes de la II Guerra Mundial. Sin embargo, más de una docena de cajas con las pertenencias de Tesla, dejadas atrás en hoteles como el Waldorf Astoria, el Hotel Governor Clinton y el San Regis ya habían sido vendidos para pagar las cuentas de Tesla.
La mayoría de esas cajas y los secretos que albergaban, nunca fueron encontrados. No obstante, en 1976, cuatro cajas indistinguibles de papeles fueron subastadas y adquiridas por un tal Dale Alfrey. El comprador no tenía idea lo que había en ellas. Cuando más tarde las revisó, se sorprendió al encontrar lo que parecían ser documentos de laboratorio y notas personales de Nikola Tesla. Muchos de esos escritos los consideró dignos de un escritor de ciencia ficción. Lo que leyó fue tan increíble que parecía imposible que algo de eso fuera cierto.
Teniendo poco interés, Alfrey escondió las cajas en su sótano, pensando que las revisaría cuando tuviera más tiempo. Pasaron veinte años antes de que Alfrey encontrara tiempo una vez más para abrir las extrañas cajas.
Ya para entonces, los papeles se habían enmohecido gravemente, y la tinta se había descolorado de los años de negligencia en el húmedo sótano. Alfrey estaba determinado a no dejar desaparecer para siempre este material, y comenzó el laborioso esfuerzo de tratar de transcribir la información antes que fuera demasiado tarde.

Sin embargo, Alfrey pronto se encontró capturado en la lectura de los notables papeles. Las notas de Tesla son impactantes en sus revelaciones de la vida secreta del científico. Una vida, que hasta ese momento nunca había sido mencionada por Tesla o documentada por sus biógrafos después de su muerte.
En ellos, se relataba que en 1899, mientras el mencionado científico estaba en su laboratorio de Colorado Springs, interceptó comunicaciones de supuestas entidades extraterrestres que estarían controlando a la humanidad en las sombras. Dichos seres estaban preparando a los humanos para una eventual conquista y dominación, usando un programa que había existido desde la creación de la humanidad, pero que ahora se había acelerado debido al mayor conocimiento científico en la Tierra.
Tesla describió en los textos el largo tiempo que le tomó traducir las extrañas señales de radio y sus intentos por prevenir al gobierno estadounidense acerca de lo que sabía. Pero sus misivas, al parecer, se quedaron sin respuesta.
Además, descubrió que la temperatura global estaba subiendo paulatinamente. Tesla pensó que esto se estaba ocasionando por condiciones naturales, así como por interferencia artificial y alienígena. Con cosas como ésta en su mente, no es difícil imaginar el por qué, en sus últimos años de vida, realizó proyectos excéntricos tanto para terminar con la Segunda Guerra Mundial, como para hacer frente a un enemigo común: Los extraterrestres. Así nacieron los “Rayos de la Muerte” y los “Torpedos sin Alas” que podían volar a través del aire sin propulsores, probablemente, una de las primeras menciones de platillos voladores.
Tesla describió en sus notas que las voces que le proveían toda esta información, gracias a su receptor de radio especialmente adaptado, eran de hombres de otros mundos. Y no sólo eso: Además pertenecían a personas que habían vivido en la Tierra alguna vez en su prehistórico pasado, que habían desarrollado la tecnología para colonizar el espacio próximo y que estaban todavía interesados en los habitantes de este mundo que habían dejado atrás.
De acuerdo a este controvertido relato, estos humanos habrían colonizado Marte y a la vez, mantendrían bases en la Luna. Incluso, otros se fueron del Sistema Solar para explorar la Galaxia. Habían decidido que la Tierra iba a convertirse en una especie de reserva para permitir que la naturaleza retomara su curso y para que evolucionaran nuevas especies que llenasen el vacío dejado por la partida de sus antiguos habitantes. No obstante, aquellos antiguos hombres igualmente decidieron dejar atrás algunas muestras de sí mismos en la forma de nuestros remotos ancestros, los homínidos.
Si bien esta curiosa crónica, narrada por Nikola Tesla, pudiera sonar demasiado extravagante, no es del todo distinta a lo que indican los antiguos mitos sumerios. En ellos se habla de alienígenas que habrían modificado genéticamente a los primates para crear a los primeros hombres. Esto también podría explicar el por qué algunas personas, que aseguran haber visto extraterrestres, afirman que se parecen físicamente a nosotros, en el sentido que poseen rasgos muy humanos. Una cabeza con dos ojos, una nariz y una boca, dos brazos, dos manos con dedos, dos piernas y pies. Muchos han sido reportados ser tan humanos en apariencia que son indistinguibles de los humanos normales. Talvez esto es porque son humanos – los primeros humanos.
Los papeles que Dale Alfrey encontró revelaron un lado de Tesla que no era conocido al público. Tesla aparentemente había pasado un número de años tratando de traducir las misteriosas señales que escuchó primero en 1899.
Su interpretación básica de estas señales era que criaturas de otro planeta, “Martiales” como las llamaba la jerga en ese tiempo, estaban secretamente aquí en la Tierra – Ellos se habían infiltrado a la humanidad durante siglos – Ellos habían controlado los acontecimientos y a las personas, para conducir a la humanidad hacia un camino de desarrollo evolutivo, y esencialmente eran responsables de los seres humanos en el planeta, en primer lugar.
Tesla también se interesó en desarrollar métodos para crear energía libre de fuentes que no fuesen la quema de madera o combustibles fósiles. Tesla obviamente fue el primero en realizar las calamitosas consecuencias que podrían esperarnos si fuese a ocurrir el efecto invernadero.
Desafortunadamente, los intentos de Tesla de elevar a la humanidad con nueva tecnología fueron recibidas con mofas y burlas. Sus cartas acerca de sus preocupaciones de una invasión del espacio exterior, enviadas a sus amigos en el gobierno, fueron ignoradas. Tesla incluso le ofreció a Washington varios de sus inventos con el propósito de defender al planeta en contra de los supuestos invasores alienígenas.
Tesla probablemente debió haber sentido que él conocía el mayor secreto en el mundo referente al destino de la humanidad, y a nadie le importó.
A continuación se presentan extractos del artículo llamado Talking With the Planets (Hablando con los Planetas), escrito por Nikola Tesla y publicado en un periódico llamado Colliers Weekly, el 19 de Febrero de 1901:


“Cuando yo estaba mejorando mis máquinas para la producción de intensas acciones eléctricas, también perfeccionaba los medios para observar débiles esfuerzos. Uno de los resultados más interesantes, y también uno de gran importancia práctica era el desarrollo de ciertas invenciones para indicar a distancia de muchos cientos de millas una tormenta que se acerca, su dirección, velocidad y distancia viajada.
“Fue continuando este trabajo que por primera vez descubrí aquellos misteriosos efectos que habían provocado tal interés inusual. Había perfeccionado el aparato referido hasta ahora, que desde mi laboratorio en las montañas de Colorado.
Yo pude sentir el pulso del globo, como era, notando cada cambio eléctrico que ocurría dentro de un radio de mil cien millas. Jamás podré olvidar las primeras sensaciones que experimenté cuando se me aclaró que había observado algo, posiblemente de incalculables consecuencias para la humanidad.”
“Sentí como si estuviera presenciando el nacimiento de un nuevo conocimiento, o la revelación de una gran verdad. Mis primeras observaciones me aterraron positivamente, ya que en ellas estaba presente algo misterioso, por no decir sobrenatural, y yo estaba solo en mi laboratorio por la noche; pero en ese tiempo la idea de que estos disturbios fueran señales inteligentemente controladas todavía no se me presentaba.
“Los cambios que note estaban teniendo lugar periódicamente y con tan clara sugerencia de número y orden que no eran rastreables a ninguna causa conocida para mi. Yo estaba, por supuesto, familiarizado con tales perturbaciones eléctricas como son producidas por el sol, las Auroras Boreales y las Corrientes terrestres, y estaba seguro, como podría estarlo ante cualquier hecho, que estas variaciones no se debían a ninguna de estas causas.
“La naturaleza de mis experimentos impidió la posibilidad de los cambios que estaban siendo producido por disturbios atmosféricos, como ha sido acertado a la ligera por algunos. Fue algún tiempo después, cuando el pensamiento destelló en mi mente, que los disturbios que había observado podrían ser debido a un control inteligente. Aunque no podía descifrar su significado, era imposible para mi pensar en ellos como que hubieran sido enteramente accidentales”.
“La sensación está creciendo constantemente en mi, de que yo he sido el primero en escuchar los saludos de un planeta al otro. Un propósito estaba detrás de estas señales eléctricas.”
Las señales son demasiado fuertes para haber viajado grandes distancias desde Marte a la Tierra.
“Así que me veo obligado a admitir ante mí mismo que las fuentes deben venir de algún lugar en el espacio cercano o incluso la luna. Estoy seguro, sin embargo que las criaturas que se comunican entre sí todas las noches no son de Marte o posiblemente de cualquier otro planeta en nuestro sistema solar, sino, de algo mucho más cercano.”


NIKOLA TESLA, 1901.

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